"Felipe Patiño Arcia | Conozco mis raices | Fundador y Broadcaster @cariberos | Productor y Locutor de #CariberosDeportes | #FundaCariberos | Numerologo Deportivo | IG-TW-FB @FelipArcia | El poder de la palabra es más grande de lo que nos imaginamos, hay que sumar su poder al de la intensidad emocional, el fuerte deseo y esperanza que vamos a conseguir lo que pretendemos."

Felipe Patiño Arcia @FelipArcia

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El efecto del parque en la pelota

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Las reglas del béisbol no definen claramente las dimensiones del outfield. En el libro de reglas del béisbol, cuando se refiere al terreno de juego, sólo determina las distancias mínimas para las cercas de los jardines (para estadios construidos a partir del 1 de junio de 1958), a saber: 325 pies desde el plato para las cercas sobre las líneas de foul derecha e izquierda, y 400 pies para la cerca del jardín central. Debido a esta libertad de reglas, observamos una gran diversidad de diseños en los diferentes estadios de béisbol profesional. Es claro que esta diferencia en las dimensiones de los parques afecta el desempeño de los jugadores, principalmente el número de cuadrangulares que se conectan en cada estadio. Pero no sólo el tamaño del outfield influye en el juego, sino que también debemos considerar otros factores como el tamaño del territorio de foul, que determina qué tan a menudo un bateador falla al conectar un elevado de foul (a menor terreno de foul, menor es la cantidad de outs por fouls dado que la bola sale del terreno y entra en las gradas más rápidamente), la elevación de las cercas alrededor del terreno de juego, y hasta el clima y la altura del estadio sobre el nivel del mar. Por todos estos factores oímos decir que el Coors Field, de los Rockies, es un estadio de bateo, mientras que el PETCO Park, de los Padres, es un estadio de pitcheo.

Los estadios más pequeños son los mismos en los que se conectan mayor cantidad de cuadrangulares. Cierto. No es necesario un gran análisis para darse cuenta. Pero ya le hemos convencido de que existen diferencias entre los estadios. Ahora, ¿de qué nos sirve eso? Bueno, lo primero era reconocer que las diferencias son reales, lo siguiente es preguntarse si verdaderamente existe un efecto general del estadio sobre las estadísticas individuales.

Cada equipo juega la mitad de sus partidos en la ruta y la otra mitad en su casa, por lo que el estadio de su casa influye de manera significativa en los números totales de los jugadores. Entonces, si las estadísticas de los jugadores se ven afectados por los estadios de su casa ¿cómo podemos comparar peloteros que juegan en estadios diferentes?, o para decirlo de otra manera: ¿es justo ensalzar a un jugador porque conecte la mayoría de sus jonrones en el estadio de su casa, que es de los más pequeños?, ¿cuántos conectaría si jugara la mitad de sus juegos en un estadio más grande, seguiría siendo el líder, o quedaría rezagado a una cantidad promedio? Para esto, existe la estadística sabermétrica de factor de ajuste del parque (park adjustment factor), la cual abreviaremos como FAP.

El FAP busca corregir los números de un jugador, tomando en cuenta el parque de su casa, a los que observaríamos si jugara en un parque neutral o promedio. En las Grandes Ligas, donde existen grandes diferencias en las zonas geográficas en las que se encuentran los parques, se calculan factores de ajuste para cada estadística tradicional.

Un FAP-H4 mayor que 1 nos indica que en ese estadio se conectan más cuadrangulares que en un estadio neutral, mientras que un parque donde se conecten menos jonrones que en un estadio neutral resulta en un FAP-H4 menor que 1; lo mismo se cumple para FAP-CA. Los FAP-CA sirven para determinar la cantidad de carreras totales que se anotarían en un estadio neutral en comparación con las carreras realmente anotadas en cada uno de los estadios (HINT HINT, una ligera pista para los que se tiran).

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